Es invierno pero en las
calles sobresalen los gorros y bufandas de colores. Son ellas, subidas a los
tacones que las hacen parecer más altas y delgadas. Melenas largas en dos
tonos, aclarados en las puntas; gloss, y uñas fucsias. Sonrisa perpetua.
Un grupo de ejecutivos
sale de la oficina a tomar café, los estudiantes se dirigen a la biblioteca,
un policía, trabajadores que subidos a un andamio sudan a pesar del frío,
un deportista en bicicleta... Y ahí están ellas adornando
el paisaje.
Alguien les ha colgado el
letrero y ha puesto límite a sus derechos.
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