Cuentos, relatos, poesía…




viernes, 19 de septiembre de 2014

Una obra de arte auténtica




Hace tiempo comencé a tejer un jersey. Fue de forma tonta. Un día de invierno hace muchos años, al pasar junto a la casa de las labores me llamó la atención la cantidad de ovillos de lana multicolor amontonados en el escaparate. Sin pensarlo entré y los compré todos. Los había de lana jaspeada, de rizo, sedosos... En la bolsa llevaba mi futuro. Con todas aquellas lanas tejería un jersey ideal, a medida. Ilusionada fui alternando los colores y las texturas. Fue complicado, siempre terminaban enredándose los hilos. Pero yo era feliz, todo el día tejiendo. El jersey se convirtió en abrigo. Era precioso. Le añadí una solapa por si acaso hacía días de viento y se me ocurrió continuar con una capucha para protegerme de la lluvia. Después confeccioné un cinturón ancho que me sujetara bien, pero aún no me sentía satisfecha y decidí seguir tejiendo una gran cola que me rodeara, una cola que todo el mundo podía ver y de la que estaba muy orgullosa. Cuando me lo probé me pareció fantástico y juré que jamás me lo quitaría. Los colores me hacían sentir alegre y la lana impedía que pasara frío. Seguí tejiendo unas manoplas y una especie de protector para el rostro. Ya sólo podía ver los dedos que continuaron moviendo las agujas y añadiendo bolsillos y lazos al abrigo. Hace tiempo que ya no noto los pies, ni puedo ver el paisaje porque mi precioso abrigo me lo impide, tampoco siento el movimiento de las agujas y no se si he terminado mi labor. Pero de lo que estoy segura es que nadie podrá negarme que es una autentica obra de arte.

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