Llueve.
La niebla ha desdibujado el
paisaje y las gotas de agua resbalan por los tejados. El tenue murmullo provoca un agradable silencio. En el interior el
sosiego es una cinta de película donde han quedado grabados los momentos.
Son imágenes, secuencias, instantes que impregnan la casa. Junto al sillón se acomoda el calor del verano. Junto a la cafetera,
en la cocina, las paredes se adornan de confidencias. Por el largo pasillo danzan los violines y la percusión, y al fondo, en la habitación los sentimientos se enmarañan y se enredan sobre los almohadones.
El interior esta teñido de un silencio intenso.