Cuentos, relatos, poesía…




domingo, 27 de marzo de 2016

Un paseo por las nubes



Subí la montaña sin levantar la vista del suelo. Los guijarros y el sol del mediodía hacían incómoda la caminata. El aire frío cuarteaba la piel y las botas pesaban. Había entrenado durante meses con ejercicios y rutas de largos paseos, sin embargo no había adquirido la preparación física necesaria. Solo disponía de la determinación, mi deseo era alcanzar la cima de aquella montaña, llegar arriba. Después de largas horas de ascenso, exhausta la coroné. 

De pronto el paisaje había cambiado. Los picos de los montes habían quedado hundidos en el valle, aplastados por el manto azul del cielo y las nubes se deslizaban por las laderas cubriendo todo de blanco. La quietud era infinita y el sol era una luz que guardaba silencio.

Abrí la mochila donde llevaba las sandalias y el vestido, me puse las gafas y entonces me volví liviana al igual que las nubes que acariciaban la cima de la montaña. 



Rapiña: cierto delito que se comete con violencia





Hay un águila en el cielo. Planea extendiendo las alas, majestuosa, aprovechando la fuerza de los vientos. De pico grande, puntiagudo y fuertes garras. Vuela confiada de su poder. Su vista extremadamente aguda le permite captar ínfimos detalles que para otros pasarían desapercibidos. Posee dos puntos focales en sus ojos, uno para mirar de frente y otro para localizar la mirada hacia los costados, escudriñando en la distancia. Apostada en lo alto observa. Cuando veas que gira en círculo es porque ya ha acorralado a su presa.


Dicen que es símbolo de Majestad y Victoria sin embargo no deja de ser un ave de rapiña y para colmo carroñera.



martes, 8 de marzo de 2016

ellas




Es invierno pero en las calles sobresalen los gorros y bufandas de colores. Son ellas, subidas a los tacones que las hacen parecer más altas y delgadas. Melenas largas en dos tonos, aclarados en las puntas; gloss, y uñas fucsias. Sonrisa perpetua.

Un grupo de ejecutivos sale de la oficina a tomar café, los estudiantes se dirigen a la biblioteca, un policía, trabajadores que subidos a un andamio sudan a pesar del frío, un deportista en bicicleta... Y ahí están ellas adornando el paisaje.

Alguien les ha colgado el letrero y ha puesto límite a sus derechos.